22 de septiembre de 2011


Si Balenciaga hubiese sido un contemporáneo de nuestra época, es poco probable que nos lo hubieramos encontrado mojiteando y gintoniqueando por ahí, ni apareciendo en las portadas como protagonista de un escándalo, ni frecuentando las fiestas faranduleras de turno.







Era un artista como pocos, celoso de su vida privada, un perfeccionista capaz de deshacer un vestido de arriba abajo si no estaba enteramente a gusto (¿os lo imagináis de jefe?) y un maestro de la aguja, las formas y los volúmenes que se inspiraba en el cubismo y en la cultura japonesa.
No vestiría a Lady Gaga (aunque a ella le gustaría, fijo), pero probablemente Rania de Jordania, Rosario Nadal o Isabel Preysler se contarían entre su exclusivo grupo de clientas elegantes y exquisitas, como lo fueron en su día Marlene Dietrich, a la que nunca tuvo que retocar un traje, o Greta Garbo, entre otras grandes damas de la alta sociedad.
Y hoy no diseñaría los uniformes de las azafatas de Air France pero sin duda podría atribuirse los diseños de los uniformes de los hoteles más lujosos del mundo o los pijamas de cocina del Bulli.
Nadie como él ha usado jamás, con tanto estilo, ni hoy ni antes, los bordados a mano, las lentejuelas o la pedrería, ni ha deslumbrado tanto en la calle George V de París (la guerra lo llevo a la capital universal de la HAUTE COUTURE), ni ha formado en sus talleres a tantos grandes de la moda. No en vano fue el maestro de De La Renta, Givenchy o Ungaro.
Y si hablamos de su filosofía, Balenciaga nunca perdió de vista que la elegancia es la clave para brillar, y por eso, sea con las perlas de la abuela, el brillante más brillante, la colección DODO de Pomellato o las pulseras SAMI, no olvides nunca que la actitud es lo que te hace guapa. Be elegant my friend. Él te diría (a ver, cosecha propia, pero creo que no me equivocaría mucho) ¡no salgas de casa hecha un trapo y sin tu complemento favorito! Y si él lo diría, ¡yo lo refuerzo!
Y es que la figura de Cristobal Balenciaga pasará a la historia como el gran modisto de su tiempo, probablemente el mejor modisto español y uno de los mejores del mundo. Con sus cosas, como todo el mundo, ¡a ver si es que hay alguien perfecto! Y me quedo con una de sus frases más celebres, que le define perfectamente "Un buen modisto debe ser arquitecto para la forma, pintor para el color, músico para la armonía y filósofo para la medida". ¿No lo adoráis?  

Gracias a "El vestidor de Carlota" por su foto.


Este post pretende rendir homenaje a un vasco de Getaria cuya espada fue la aguja, y que bordó su propio nombre en letras doradas ( y aterciopeladas, y bordadas, y ...) en los anales de la historia. WE LOVE BALENCIAGA. BALENCIAGA MAITE DUGU.




Si me dejáis, os regalo mi selección de "joyas Balenciaga", incluyendo el vestido de novia de Fabiola de Bélgica y otras preciosidades










Balenciaga, para siempre en nuestra memoria

4 comentarios:

  1. precioso post!!!
    un mereido homenaje para un gran maestro!!!
    seguid así zaida!!!
    muaks enormes!!!
    jusi

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  2. Me ha encantado el post.
    Muchas felicidades!!!!
    Me quedo sobretodo con el "be elegant my friend" y

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  3. Muy buen post, me saca de la entropia mental y hoy salgo de casa con actitud!!! Nuria

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  4. La verdad es que no tenia ni idea de como era Balenciaga, pero como jefe hubiese sido un horror.
    La imperfección hace la perfección.
    Pero muy bueno el post y el Blog en general, felicidades por la iniciativa....
    EU

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